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martes, 20 de octubre de 2009

¿Quién podrá defender al Ministro de Agricultura?

La moción de censura propuesta el martes pasado por el Partido Liberal contra el ministro de Agricultura, Andrés Fernández Acosta, es el coletazo político más visible del escándalo sobre el programa Agro Ingreso Seguro. Esta figura, introducida por la Constitución de 1991 y según la cual el Congreso puede exigirle al Presidente la destitución de un ministro, nunca ha prosperado a pesar de que se ha intentado en 10 ocasiones. Pero ahora hay argumentos para pensar que el caso de Fernández puede ser el primero.
El clima preelectoral, la polarización que genera la posible nueva reelección, y la indignación por las revelaciones sobre AIS conforman un panorama favorable para la moción de censura. "Va a tramitarse en un ambiente caldeado y en esas condiciones es muy difícil que alguien defienda al Ministro", dice Roy Barreras, representante de La U.
La falta de motivación para defender al ministro Fernández tiene que ver, sobre todo, con su cercanía con su antecesor y aliado Andrés Felipe Arias. Aunque ambos han tenido que responder por el manejo de AIS, Arias asumió la defensa con mayor protagonismo y se convirtió en símbolo del escándalo no solo por haber sido el gestor del proyecto sino porque bajo su gestión se hizo la mayor parte de las adjudicaciones, pero sobre todo porque está bajo el escrutinio público en su calidad de precandidato presidencial del conservatismo.
Fernández y Arias son aliados y el debate contra el primero se ha convertido en el principal escollo para la campaña del segundo. El actual ministro subió a esa posición, peldaño a peldaño, durante la gestión de Arias, de quien es compañero de colegio y amigo personal. Fue asesor, responsable del tema agrícola en los consejos comunitarios y director del ICA antes de llegar al Gabinete. Cuando el presidente Uribe lo nombró, la interpretación general fue la de que era un gesto a Arias.
"Nadie quiere defender el AIS", asegura el candidato liberal Rafael Pardo. La pregunta, en consecuencia, es si la situación política hará posible que opere la moción de censura a pesar de que las reglas para su aplicación son muy exigentes, y de que el Gobierno mantiene mayorías en el Senado, donde fue radicada. La oposición necesitaría 52 votos ¿la mitad más uno¿ y la votación se llevaría a cabo entre tres y 10 días después de un debate cuya fecha debe ser fijada por la mesa directiva. El proceso durará entre dos y tres semanas.
Las cuentas matemáticas favorecen al Ministro. En principio, la oposición solo cuenta con 18 senadores liberales y 11 del Polo Democrático, pero en esta ocasión aspiraría a sumar a la mayoría de los 12 de Cambio Radical, y a uno que otro del conservatismo, de La U, y de los otros partidos uribistas.
No es probable que toda la bancada acompañe a Germán Vargas Lleras a favor de la moción, pero en La U ya Armando Benedetti anunció en público su posición contra Fernández. Las cargas, en síntesis, están equilibradas y en esta oportunidad el fiel de la balanza está en el Partido Conservador. Arias tiene el apoyo de los representantes, mientras que la mayoría de los senadores están con Noemí Sanín y fue por eso que la oposición introdujo la moción en el Senado. El momento es tan difícil, que un sector del Partido le ha pedido a Fernández dejar el cargo.

Más allá de los números, la oposición tiene mucha tela que cortar en el debate. Para empezar, prolonga la presencia del escándalo en los medios, lo cual afecta a los candidatos uribistas, y abre espacios para tratar de llevarlo hasta la instancia presidencial. "Más que ganar, nos interesa el examen a la política agropecuaria", dice el vocero liberal Juan Manuel Galán. La verdad es que en plena época electoral no es atractivo para nadie defender un programa de entrega masiva de dinero de los contribuyentes a familias ricas, y por eso la oposición puede sacarle réditos al debate así no alcance la votación para destituir a Fernández. El propio presidente del Senado, Javier Cáceres, dice que "El Gobierno está en una posición indefendible por el hecho de que la plata haya ido a terminar en manos capitalistas, mientras los pequeños campesinos pierden sus tierras en el Banco Agrario por cinco o seis millones de pesos".

Aunque el ministro Fernández parece acorralado, falta ver cuál será la respuesta del Ejecutivo. El presidente Uribe le ha expresado su apoyo, lo mismo que a Arias. "Bernardo Moreno y el ministro Fabio Valencia se van a jugar a fondo, porque en campaña no van a sacrificar una cabeza del Gabinete para la oposición", asegura Benedetti.

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